ABSTRACT
La crisis de la COVID-19 ha derivado en una protección añadida a la que venía ejerciendo la Administración central a través de los mecanismos extraordinarios de liquidez (MEL). Esto revela una restricción presupuestaria blanda que difícilmente se podrá mantener en el futuro. En este trabajo, además de un seguimiento de los MEL, se hace un repaso de su uso por parte de las comunidades autónomas, al tiempo que se comprueba que la (in)disciplina fiscal de los Gobiernos regionales procede de canales involuntarios. Este resultado revela la necesidad de concretar un nuevo sistema de financiación autonómica, junto con unas reglas fiscales simples, flexibles y creíbles.Alternate :The crisis resulting from Covid-19 has led to additional protection to that provided by the central government through the extraordinary liquidity mechanisms (MEL). This reveals a soft budget constraint that is unlikely to be maintained in the future. In this paper, in addition to monitoring the MEL, we review their use by the autonomous communities, while at the same time finding that the fiscal (in)discipline of the regional governments is explained by involuntary channels. This result reveals the need to specify a new system of regional financing, together with simple, flexible, and credible fiscal rules.